Cirugía refractiva

La cirugía refractiva agrupa una serie de técnicas quirúrgicas que tratan el ojo y cuyo objetivo es eliminar uno o varios defectos refractivos del ojo (como miopía, hipermetropía, astigmatismo, e incluso la presbicia), es decir, el objetivo de la cirugía es eliminar la necesidad de usar gafas o lentes de contacto.

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Lo que necesitas saber sobre este padecimiento

  • A través de las técnicas láser (cirugía refractiva láser a través de la técnica Lasik o de las técnicas de superficie –PRK/Lasek-).
  • A través de otro tipo de tratamientos, como el implante de una lente intraocular fáquica (habitualmente de tipo ICL®) o pseudofáquica.
  • La cirugía refractiva con láser  dura 5 minutos, aproximadamente. Una vez finalizada la intervención, el paciente permanece 20 minutos en la zona de descanso de la clínica. Lo que sí es importante saber es que la persona debe acudir a la clínica acompañada, ya que inmediatamente después de la cirugía no verá bien.
  • En el transcurso de las primeras horas posteriores a la operación, el paciente puede notar molestias, como lagrimeo y escozor, por lo que se recomienda permanecer en una habitación descansando y aplicar los colirios que recomiende el oftalmólogo.

Resultado de la cirugía

La mayoría de las intervenciones de cirugía refractiva se caracterizan por ser muy eficaces, seguras, indoloras y por provocar unas molestias mínimas para el paciente, así como por la rapidez en la recuperación.

En todo caso, es muy importante que el paciente siga ciertas pautas:

  1. Deberá acudir a la clínica en varias ocasiones para que su oftalmólogo compruebe que la evolución es la correcta.
  2. La capacidad visual después de la intervención irá mejorando progresivamente. La velocidad de la mejoría variará en función del paciente y del tipo de técnica que aplique el oftalmólogo.
  3. El día de la intervención el paciente deberá limitar algunas actividades (ver la televisión, manejar el teléfono móvil…). Además, es recomendable permanecer el mayor tiempo posible con los ojos cerrados.
  4. La incorporación a la actividad habitual suele ser muy rápida, aunque el paciente deberá mantener ciertas precauciones, como no frotarse los ojos o no practicar deportes intensos durante unos días.
  5. Deberá seguir estrictamente el tratamiento con colirios y lágrimas artificiales prescrito por el médico.