Cirugía de cataratas

La cirugía de cataratas es un procedimiento para extraer el cristalino del ojo y, en la mayoría de los casos, reemplazarlo con una lente artificial. Normalmente, el cristalino del ojo es transparente. Una catarata causa que el cristalino se nuble, lo que con el tiempo afecta tu visión.

Un médico de ojos (oftalmólogo) realiza la cirugía de cataratas en forma ambulatoria, lo que significa que no tienes que quedarte en el hospital después de la cirugía. La cirugía de cataratas es muy común y, por lo general, es un procedimiento seguro.

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Lo que necesitas saber sobre este padecimiento

  • Cataratas nucleares. La opacidad se produce en el núcleo o centro del cristalino. Este tipo suele evolucionar lentamente y afecta más a la visión lejana que a la cercana. Son las más frecuentes y suelen estar asociadas a la edad.
  • Cataratas corticales. La pérdida de transparencia comienza en la corteza del cristalino. No son tan comunes como las nucleares y, en ocasiones, aparecen asociadas a la diabetes.
  • Cataratas subcapsulares posteriores. La catarata se desarrolla en la cápsula del cristalino. Este tipo de cataratas suelen progresar con bastante rapidez y presentan pocos síntomas hasta que se desarrollan completamente. Son más comunes entre las personas jóvenes.
  • Cataratas seniles. A medida que la persona va cumpliendo años, el cristalino pierde, primero, su capacidad de enfoque (generando presbicia o vista cansada) y, más adelante y poco a poco, transparencia (apareciendo así las cataratas).
  • Cataratas metabólicas. Son aquellas que aparecen asociadas a otras enfermedades, especialmente a la diabetes.
  • Cataratas congénitas. Son aquellas que están presentes al nacer o que se desarrollan durante los tres primeros meses de vida. Entre sus posibles causas se pueden destacar condicionantes genéticos o alguna enfermedad sufrida por la madre durante el embarazo, como la rubeola o la toxoplasmosis.
  • Cataratas traumáticas. Son aquellas que se producen por traumatismos oculares de cualquier índole, sin importar lo grave que sea la lesión.
  • Cataratas tóxicas. Son aquellas que aparecen por el uso o abuso de algunos fármacos o tóxicos, como los corticoides.
  • Pérdida de la agudeza visual con cambios de graduación frecuentes.
  • Visión nublada y borrosa por uno o ambos ojos.
  • Los colores pierden intensidad y se perciben menos nítidos, desvanecidos y amarillentos.
  • Se produce una mala visión nocturna o visión doble.
  • Los deslumbramientos se vuelven frecuentes (fotofobia).
  • El paciente empieza a necesitar una luz más potente para leer.

La mayoría de las cataratas relacionadas con el envejecimiento se desarrollan gradualmente. Como resultado, es posible que el paciente no perciba de inmediato los primeros síntomas ni los cambios en la visión.

Además, la percepción de las cataratas variará de una persona a otra, ya que dependerá del tamaño y la localización de las áreas de opacidad del cristalino. Por ejemplo, si se localiza en el borde externo, es habitual que el paciente no perciba la catarata en sus primeras fases de evolución.

  • La operación para eliminar las cataratas normalmente se realiza bajo anestesia local y tópica (aplicando gotas en el ojo del paciente) y no requiere ingreso.
  • Se trata de una cirugía sencilla, que no suele requerir más de 10 minutos de quirófano.
  • En general, la recuperación de la intervención es rápida, en pocos días se alcanza un buen resultado, pero estos parámetros pueden ser variables dependiendo de cada caso.

Resultado de la cirugía

La cirugía de cataratas restaura correctamente la visión en la mayoría de las personas que se someten al procedimiento.  

Se habla de una evolución gradual de la agudeza visual del paciente las primeras semanas de la cirugía, siendo el avance más notorio las primeras 2-3 semanas de postoperatorio. Sin embargo, la recuperación total puede verse entre las 6-8 semanas posteriores al día de la cirugía de cataratas.